Cuando se habla de productividad hay que hacer referencia a aquella relación que se produce entre el resultado de una actividad y los recursos que han sido necesarios para alcanzar dicho resultado. Este concepto es algo aplicable tanto a nivel personal como a una empresa.

¿Cuántas veces a nivel personal no nos hemos preguntado si somos productivos?, pues eso también lo tenemos que hacer con nuestra empresa: ¿nuestra empresa es productiva, es rentable? ¿Su actividad se da con fluidez? ¿Invierto mucho en recursos pero siempre funciono igual?

Para llegar a lograr una buena productividad en la empresa es imprescindible que esta lleve a cabo una buena gestión  empresarial¨ que ayude a que esta sea sostenible económicamente y a la vez competitiva. El que una empresa consiga ser productiva supone que va a obtener más ganancias y su crecimiento va a ser mayor¨ además de otros beneficios como la propia satisfacción de los empleados.

• SER EFICAZ – Se logra el efecto que se espera, pero sin pensar en los recursos empleados.
• SER EFICIENTE – Se logra el efecto que se espera, pero empleando el mínimo de recursos posibles.
• SER PRODUCTIVO – Se logra el efecto que se espera, empleando el mínimo de recursos posibles y haciendo lo más correcto  para conseguir nuestras metas.

Retamos a su Empresa a dar unos primeros pasos para ser más Productiva

1. Análisis previo de la empresa de mediación. Revise la marcha de la empresa, su modelo de negocio, cómo lo gestiona.
2. Revisión y definición de metas y objetivos. Revise cuáles son sus metas y objetivos a corto y largo plazo. Defínalos nuevamente si es necesario, y siempre de forma realista.
3. Definir marcadores de control. Defina unas ratios que ayuden a controlar la evolución del negocio de mediación, y poder tomar medidas si fuera necesario.
4. Analizar procesos y sistemas de trabajo. Analice las tareas que se realizan en el día a día, las formas de realizarlas, ver si se repiten y con qué frecuencia, quién las hace, qué tiempo se invierte en ellas, qué documentos se generan.
5. Valores las fortalezas y debilidades de sus procesos de trabajo. Vea qué cosas hacen bien y funcionan y qué otras no.
6. Definir protocolos de actuación para optimizar procesos. Defina y planifique tareas de forma protocolizada, cómo es el flujo para hacerlas, quién las tiene que hacer y marcar tiempos realistas para llevarlas a cabo.
7. Definir prioridades. Junto con los protocolos que se definan es importante definir cómo establecer las prioridades ante distintas tareas con las que se encuentra un empleado.
8. Potenciar el trabajo colaborativo y en equipo. Todo el equipo que compone la empresa debe ir a una. Debe existir una comunicación interna fluida, todos han de tener claros los objetivos de la empresa, la forma de trabajo que se ha definido. Debe existir una sinergia.
9. Analizar recursos. Analice todos los recursos de los que dispone, ya sean materiales o humanos. Revise el uso que les da. Hágase preguntas como: ¿le estoy sacando suficiente partido?¿los utilizo de forma correcta?.
10. “Apalánquese en la tecnología”. Es decir, utilice la tecnología como una herramienta que haga palanca para conseguir más con menos esfuerzo. Hoy en día quien no utilice ninguna herramienta tecnológica para ayudarse en su labor diaria se queda atrás. Mejoras a nivel tecnológico pueden ayudar a mejorar a nivel de gestión, relación con los clientes,… Y pueden ser herramientas gratuitas que no supongan coste para la empresa.

En definitiva, la idea es mecanizar lo que se pueda, siempre con flexibilidad, para:

• AHORRAR TIEMPO E INVERTIRLO MEJOR.
• AHORRAR RECURSOS Y USARLOS MEJOR.
• REDUCIR ESFUERZOS.
• DISMINUIR LOS ERRORES.
• REDUCIR COSTES.
• GANAR EN SATISFACCIÓN DE LOS EMPLEADOS.
• MEJORAR LA CALIDAD DEL SERVICIO PRESTADO A LOS CLIENTES.
• MEJORAR LOS RESULTADOS DE LA EMPRESA.
• AUMENTAR LOS RESULTADOS ECONÓMICOS.